***El reconocido psicólogo asegura que se los chilenos exhiben una doble moral al decirse preocupados por el bien común, pero que en la práctica demuestran ser sumamente individualistas.
Por Nanette Andrade
Psicólogo desde hace casi 20 años. Se dedica a la rehabilitación de cerebros a través de la neuropsicología. De amplia y reconocida trayectoria, hoy en VMAS tenemos a Sergio Schilling quien habla en esta oportunidad acerca de la sociedad chilena en general desde una perspectiva socio – política.
En este sentido, analizó a la sociedad chilena desde el punto de vista de la psicología social sobre todo tras los cambios radicales que ha experimentado pasando por el estallido social, la pandemia, elecciones controvertidas que han puesto los resultados en extremos de izquierda y derecha en un período muy corto de tiempo.
Al respecto, y en base a los resultados de una reconocida encuesta en Chile, asegura que “el chileno es bastante parecido al norteamericano en cuanto a querer libertad de vientre, libertad de armas, libertad en cuanto a la selección de la escuela para los hijos. “Son muy parecidos a los norteamericanos salvo cuando se les pregunta directamente sobre el bien común, pues ellos piensan que el bien del colectivo es más importante que el bien del individuo y ahí viene el cuello de botella, porque esta es una sociedad que es ultra individualista, que quiere que cada uno tenga la mayoría de opciones personales y no sacrificio del individuo por el colectivo, pero que tienen la creencia de que son colectivistas, y ¿dónde se ve esto?, en la Teletón, que no se ve en ninguna parte. Es este tema de creer bajo ciertas circunstancias, parecer generosos, parecer que somos algo, en realidad no, el chileno es individualista y eso se ha divisado comunicacionalmente muy bien”.
En este punto, Schilling cree que se ha utilizado esta percepción del chileno para manipular ciertas situaciones como el caso del estallido social, que a su juicio fue muy bien planeado para hacerlo parecer espontáneo, y que no traía implícito en principio un cambio en la Constitución, pero a lo que finalmente la gente se adhiere. Así pasa con otros temas como la educación sexual en niños, por ejemplo. “Pero al final, si a la gente se le manda un mensaje y se le dice que es por el bien común, se empieza como a complicar, porque está arraigada la creencia de que el bien común es lo principal, pero realmente no lo practicamos, o no nos interesa, entonces es una sociedad no asumida, donde lo que priva es un individualismo extremo”.
Todo este individualismo, a juicio del psicólogo, desemboca en el hecho de que no exista un compromiso cierto con alguna causa política como tal, de allí lo contradictorio de los resultados electorales recientes que permitieron elegir a un presidente de izquierda en un momento determinado, pero que al poco tiempo se le quita el apoyo para, en los siguientes comicios, favorecer a la derecha más extrema que se puede identificar en el país.
“Ese es el problema, porque como la sociedad es tan individualista, pero quiere parecer social, este individuo es como Homero Simpson, no se da cuenta de que simplemente aprietan una tecla y actúa de manera inconsistente con lo que verdaderamente piensa o hace”, aseguró.
De manera que, desde su análisis psicológico, Schilling está convencido de que los resultados electorales venideros van a depender de quién sea capaz de mantenerse en la cresta de la ola comunicacional, vendiendo la idea del bien común.
Amanecerá y veremos.